Dentro de la piel...

Casi como una flor desvirgada por el eterno roce de las gotas de agua de lluvia, con los pétalos tan abiertos como nadie esperaría de mis sueños y mis silencios...
Casi como una mariposa renaciente anunciada, con su paz que aúlla por la muerte de si misma, con las alas tan expuestas al viento, como copos de algodón flotando en el aire ténue de las horas...
Casi como tus labios, rojos de la sangre del diente hincado en tus comisuras, cuando la pasión nos abraza, eximiéndonos del sonido pausado del silencio...

Casi como...
Casi como...

Casi sin todo, casi sin nada... Casi sin tus ideas, casi sin sonidos, casi sin roces, casi sin besos, casi esperándote, como condenada el final, casi sin saber si vas a volver... Casi sin estar en mi misma... Casi yéndome, casi...

Apenas te toco, te siento: son esas llamas de interno pesar que me surgen de saber que no hay, pero que debería... Son esas llamas que me consumen en el infierno eterno de mis inconciencias, mientras sueño con ángeles eternos y llagas abiertas por la malicia del demonio...
Apenas...
Apenas empezado...
Apenas concluído...
(¿O se puede más?)